ESTADO E IDENTIDAD


EL PAPEL DE LA ESCUELA


La escuela pensada como el escenario en el que se conforma la identidad del sujeto, como un ser individual y social, juega un papel de gran importancia, ya que es precisamente en éste espacio que el individuo conoce, aprende y desarrolla conocimientos, valores y normas, que mediados por la interacción con otros y como integrante de una subcomunidad, como lo explica Brunner (1997), forma juicios y actitudes personales que internaliza significativamente, transformando y evolucionando su forma de pensar, sentir y habitar el mundo; repercutiendo en la colectividad a la que pertenece al ser un ente activo dentro de la sociedad en la que vive.
En la escuela se aplican diversas metodologías pedagógicas que estimulan la adquisición de aprendizajes, de los que se pueden obtener resultados de reproducción o resignificación, los primeros son en los que se reproduce una acción de manera continua, los segundos son los entendidos como la interpretación y significado que el alumno le da a lo que el profesor enseña dentro de la escuela, siendo la socialización el medio por el cual conoce y aprende la forma de actuar dentro de la comunidad escolar en la que vive y que con actos intencionados, reproduce diversas situaciones de la vida en sociedad.
La formación de la identidad inicia en el seno familiar, pero es la escuela la encargada de culminar con el proceso por ser considerado el escenario de interacción, construcción y desarrollo de potencialidades. La escuela es el lugar del sujeto educable, se proyectan las acciones formativas necesarias para su desarrollo y socialización. La escuela es un lugar donde además de preparar a los individuos para que hagan parte de la sociedad que los ha acogido, los responsabiliza de su conservación y de su transformación, Durkheim (1976).
En la escuela se reevalúa constantemente la dirección que debe tener la intención de su enseñanza, tiene el compromiso de entregar a la sociedad un sujeto competente y profesionalmente capaz, respetuoso de los valores y tradiciones de la comunidad a la que pertenece, un sujeto autónomo, responsable y con capacidad de modificar o legitimar el orden social establecido por el Estado.
La formación de la identidad como un sujeto moral se constituye de los marcos valorativos, normativos y principios morales que median la convivencia, de lo anterior la educación en la escuela debe ser pensada, primero, en el desarrollo de estructuras mentales que permitan la configuración del juicio y la argumentación moral y segundo, alrededor de los diferentes elementos administrativos, curricular, pedagógico y didáctico para dar curso a dicho proceso.
Finalmente, la escuela intencionada a la formación ciudadana debe estructurar un diseño curricular que integre los principios y fundamentos de la formación ciudadana, dándoles cuerpo en la concreción de un manual de convivencia y de un gobierno escolar construidos democráticamente; evidenciando en la escuela un auténtico espacio para la participación y la formación ciudadana, involucrándose en las decisiones que afectan sus vidas. No es solamente ser un buen escucha, sino estar en condiciones de participar activamente en la construcción conjunta del bienestar común.
La escuela se responsabiliza y responsabiliza a sus educandos moral, ética y políticamente en la transformación de las relaciones sociales para vivir en una sociedad digna, justa, incluyente y democrática, teniendo como segundo elemento que compromete a la escuela y la responsabiliza en la construcción de una sociedad más justa, equitativa e incluyente tiene que ver con el tipo y la calidad del conocimiento que allí circula; la escuela incide en la transformación de la cultura y el subsecuente mejoramiento de la calidad de vida de los sujetos.
La formación y socialización ciudadana consolida la participación como una actividad que dinamiza a los sujetos con otros y lo normativo. Se requiere que la escuela dinamice una serie de procesos y configure unos espacios para la construcción conjunta de las normas, los valores y los principios propios de la convivencia escolar.
Una resultante del proceso de formación ciudadana está referida a la aparición de un sujeto empoderado, con capacidad deliberativa y argumentativa; un sujeto que contiene pensamiento autónomo, que a su vez implica el reconocimiento de la capacidad de pensar por sí mismos, actuar de manera concertada y colectiva, asumir responsablemente consecuencias de sus actos.






REFERENCIAS

Arias Sandoval, Leonel. (septiembre de 2009). Las interacciones Sociales que se Desarrollan en los Salones de Clase y su Relación con la Práctica Pedagógica que realiza el Docente en el Aula. Revista Posgrado y Sociedad. Universidad Estatal a Distancia.file:///C:/Users/selen_000/Downloads/Dialnet-LasInteraccionesSocialesQueSeDesarrollanEnLosSalon-3662261.pdf

Echavarría Grajales, Carlos Valerio. (2003). La escuela un escenario de formación y socialización para la construcción de identidad moral. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, vol. 1, núm. 2. Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud. Colombia

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